Cuando el arte se convina con la denuncia social, surgen verdades que no podemos dejar de ignorar, esa el
noble labor del grupo de teatro "Espada de Madera", los cuales mediante la obra "El silvato del ciego" han
transmitido un fragmento de la realidad, envuelta en la verdad del teatro; por motivos propios del grupo
no podemos presentar la obra en la red, pero vimos necesario responder a estas preguntas importanes que
nos daran una pequeña idea de lo que se presento en sobre las tablas del barrio de Zambiza...
¿Cuáles son
las formas de alteridad o de negación al otro que se presentan en la obra?
Durante toda
la obra se hace una relectura de la sociedad, y se niega a todos los seres cuya
existencia va en contra de los canones hegemónicos que los grupos de poder impone,
según la ética y moral capitalista neoliberal. Los “otros” que son negados,
dentro de la constitución del Ecuador se les conocen como “Grupos de atención
prioritaria” pero desde una perspectiva más realista las llamaremos “Victimas
sistémicas”.
Los discapacitados,
las prostitutas, los vendedores informales, los alcohólicos y los vagabundos,
son los “otros” que en conjunto, la sociedad epistemo-burguesa niegan
constantemente, con el objetivo de desaparecerlos del marco de la vida de la
sociedad, de la ciudad de Quito.
¿Cuál es la
relación que existe del contexto de la obra con nuestro país y el presente?
La obra
relata una verdad que es invisibilizada
por los proyectos de desarrollo social, que supuestamente tiene como
objetivo mejorar la calidad de vida de los Quiteño, donde realmente dentro del
canon de ciudad cosmopolitita, se vela por mantener una “estética” humana que
dentro del marco legal, las victimas sistémicas deben desaparecer.
Ahora, esta
realidad se evidencia cuando en la supuesta reubicación de los vendedores
informales, donde solo unos pocos han sido encasillados en los edificios
provistos por los municipios, mientras que los demás se ven obligados a
trabajar en la clandestinidad. Los vagabundos y mendigos que han encontrado
refugio en el casco colonial, son el resultado de la pésima distribución de la
riqueza de nuestro país; por lo que durante las festividades del diciembre
pasado, la policía metropolitana desarrollo jornadas de “limpieza” de la
ciudad, con el objetivo de presentar una “Carita de Dios” libre de pobreza y deterioros social.
Un caso muy
puntual sucedió en el certamen de belleza de la “Reina de Quito”, durante la
alcaldía del General Retirado Paco Moncayo. En este periodo se emitió una
ordenanza municipal, en la cual era necesario limpiar la ciudad de todos los
vendedores informales, medios y demás, para presentar a las concursantes del
certamen, una ciudad bella y digna con la magnitud del evento.
He ahí uno
de los tantos casos de negación del “otro” que a tenido como escenario nuestra
ciudad.
¿Qué enseñanza te deja esta obra?
“Solo
sobrevivimos los que no vimos nada” Es una frase del “Ciego”, artífice del
monologo de la obra en cuestión. La indiferencia es una forma de apoyar lo
establecido, sea que funcione o no, es por esta razón que todos estamos
estrechamente ligados con la negación del “otro”, pues el desconocimiento no
nos exime de culpabilidad, si queremos construir un mundo donde el primer
fundamento sea la interculturalidad, debemos dejar de mirar y sentir con el
cuerpo, y trabajar con las dimensiones del corazón.
Las
enseñanzas para cambiar con la realidad que tenemos, están en el trajín mismo
de la vida y las soluciones se presentan a manera de verdades descaradas. El
plan de un vivir mejor con el “otro” como parte de, es la propuesta, pero más
que una verdad política y social, debe ser una verdad humana, y es por eso que
la interculturalidad no se puede construir desde un gobierno, sino solo desde
nosotros como individuo y como sociedad.
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