domingo, 2 de febrero de 2014

El silbato del ciego

Cuando el arte se convina con la denuncia social, surgen verdades que no podemos dejar de ignorar, esa el
noble labor del grupo de teatro "Espada de Madera", los cuales mediante la obra "El silvato del ciego" han
transmitido un fragmento de la realidad, envuelta en la verdad del teatro; por motivos propios del grupo
no podemos presentar la obra en la red, pero vimos necesario responder a estas preguntas importanes que
nos daran una  pequeña idea de lo que se presento en sobre las tablas del barrio de Zambiza...

      ¿Cuáles son las formas de alteridad o de negación al otro que se presentan en la obra?
Durante toda la obra se hace una relectura de la sociedad, y se niega a todos los seres cuya existencia va en contra de los canones hegemónicos que los grupos de poder impone, según la ética y moral capitalista neoliberal. Los “otros” que son negados, dentro de la constitución del Ecuador se les conocen como “Grupos de atención prioritaria” pero desde una perspectiva más realista las llamaremos “Victimas sistémicas”.
Los discapacitados, las prostitutas, los vendedores informales, los alcohólicos y los vagabundos, son los “otros” que en conjunto, la sociedad epistemo-burguesa niegan constantemente, con el objetivo de desaparecerlos del marco de la vida de la sociedad, de la ciudad de Quito.

¿Cuál es la relación que existe del contexto de la obra con nuestro país y el presente?
La obra relata una verdad que es invisibilizada  por los proyectos de desarrollo social, que supuestamente tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de los Quiteño, donde realmente dentro del canon de ciudad cosmopolitita, se vela por mantener una “estética” humana que dentro del marco legal, las victimas sistémicas deben desaparecer.
Ahora, esta realidad se evidencia cuando en la supuesta reubicación de los vendedores informales, donde solo unos pocos han sido encasillados en los edificios provistos por los municipios, mientras que los demás se ven obligados a trabajar en la clandestinidad. Los vagabundos y mendigos que han encontrado refugio en el casco colonial, son el resultado de la pésima distribución de la riqueza de nuestro país; por lo que durante las festividades del diciembre pasado, la policía metropolitana desarrollo jornadas de “limpieza” de la ciudad, con el objetivo de presentar una “Carita de Dios”  libre de pobreza y deterioros social.
Un caso muy puntual sucedió en el certamen de belleza de la “Reina de Quito”, durante la alcaldía del General Retirado Paco Moncayo. En este periodo se emitió una ordenanza municipal, en la cual era necesario limpiar la ciudad de todos los vendedores informales, medios y demás, para presentar a las concursantes del certamen, una ciudad bella y digna con la magnitud del evento.
He ahí uno de los tantos casos de negación del “otro” que a tenido como escenario nuestra ciudad.

¿Qué enseñanza te deja esta obra?
“Solo sobrevivimos los que no vimos nada” Es una frase del “Ciego”, artífice del monologo de la obra en cuestión. La indiferencia es una forma de apoyar lo establecido, sea que funcione o no, es por esta razón que todos estamos estrechamente ligados con la negación del “otro”, pues el desconocimiento no nos exime de culpabilidad, si queremos construir un mundo donde el primer fundamento sea la interculturalidad, debemos dejar de mirar y sentir con el cuerpo, y trabajar con las dimensiones del corazón.

Las enseñanzas para cambiar con la realidad que tenemos, están en el trajín mismo de la vida y las soluciones se presentan a manera de verdades descaradas. El plan de un vivir mejor con el “otro” como parte de, es la propuesta, pero más que una verdad política y social, debe ser una verdad humana, y es por eso que la interculturalidad no se puede construir desde un gobierno, sino solo desde nosotros como individuo y como sociedad.

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