martes, 31 de diciembre de 2013

Una muerte esperada

Las coronas de flores se cambiaron por las ramas de eucalipto, los velatorios se convierten en los portones de las casas, los llantos se remplazaron por limosnas y las viudas son travestis temporales; ¿De qué estamos hablando? Del sepelio más alegre donde todos nos cremamos el cadáver de nuestros logros y tristezas, nos abrazamos entre vecinos y completos desconocidos, bailamos al ritmo de “El Año viejo” en compañía de la antiquísima Radio “Tarqui” y realizamos las cávalas más increíbles para augurarnos un año lleno de bendiciones; hablamos nada más que del 31 de diciembre.

Es una de las celebraciones más importantes que marcan el duodécimo mes de cada año, una fiesta que se empieza a vivir inmediatamente al término de la navidad. Con bombos y platillos vemos como en las calles de Quito los vendedores ambulantes cambian rápidamente al gringo de “Papa Noel”, por pelucas, antifaces, bustos de plásticos y demás artículos de la denominada “Hora Loca”, pues en todo el Ecuador al año nuevo se lo recibe con la más amplia de las sonrisas.

En Quito, “Los Viejos” como se les conoce habitualmente, son la muestra de la creatividad de los capitalinos que reflejan los eventos que marcaron un hito en el año que se escapa, por lo que es muy común mirar que en años anteriores se quemaron a un Bucaran, un Mahuat, un Gutiérrez, un Nebot y hoy por hoy, se ha quemado tantas veces a Correa que todos tiene la esperanza que deje el salón amarillo en el año que se viene.

Niños y jóvenes deambulan por las calles con caretas y disfraces, pidiendo una colaboración para el “Viejo” que se va; viudas que obstaculizan el tráfico no por sus atributos, sino por sus lo masculino de sus ademanes, son uno de los referentes de esta tradición que lleva en la sangre de este país latino, más tiempo que el internet y la música pseudoburguesa.


Existen cábalas para todos los gustos, para quienes quieren salir de viaje hasta para los que desean encontrarse con su media naranja; 12 uvas antes de la quema de los monigotes, el billete en el bolsillo y la ropa interior de color amarillo, son parte de los ritos que todos realizan para empezar el año con pie derecho. Sin embargo lejos de la fanfarria y la algarabía de esta fiesta que celebra nada más que una vuelta de página; es un momento de regocijo familiar donde en ese ínfimo momento en el que Gustavo Herdoiza León termina con la cuenta regresiva, todos se unen en un fraterno abrazo olvidando todo tipo de roces y desavenencias, de hecho desde la mañana del 31 se pueden ver a familias enteras en los patios de sus casas realizando un pequeño pero significativo altar para “El Viejo” donde los primos lejanos, el tío que casi nunca se ve y el abuelo con el que papá se peleó, comparten un momento cosiendo ropa vieja o haciendo un bola de papel periódico.


Estamos a puertas del 2014, un año que todos los ecuatorianos esperan con cierta esperanza,  vienen tiempos difíciles pero una de las ventajas del ecuatoriano es que es versátil y sabe levantarse después de darse con el mundo en el boca, así que mientras tanto dejemos que el tiempo pase y disfrutemos de un brindis que acoge a la familia, pues no hay mejor consejo que vivir sin planear…


Feliz Año Nuevo…

domingo, 15 de diciembre de 2013

Corazón de ébano…

¿Qué es el negro? Para el mundo es solo un color que muy bien puede ser una característica para describir a un objeto, pero que pasa cuando ese color está en la piel ¿Se convierte en motivo para la segregación? ¿Para legitimar la superioridad? ¿Para la discriminación?

La historia del mundo siempre nos ha presentado al hombre blanco como el único que tiene pasado, como el artífice del presente y como el fundamento para el futuro; ignorando a todos y cada uno de los hombre y mujeres que diferentes a él; los  “Otros”.


Desde el inicio ligados a los animales, la historia y la hegemonía los convirtió en esclavos y la sociedad desarrollada entre comillas los ha estigmatizado, con la imagen del terror y el caos social. A pesar de todo, el pueblo afro descendiente ha sabido luchar con fuerza  y ahínco para reivindicar sus derechos, romper con la discriminación y por sobre todo reforzar su identidad como pueblo vivo.

Los Afro ecuatorianos no son la excepción; desde que empezaron a construirse como un pueblo libre en las costas de Esmeraldas de la mano de Alonso de Illescas, hasta hoy como un frente unido consolidado en la “Corporación de Desarrollo Afroecuatoriano” CODAE.

La CODAE busca básicamente es la erradicación del racismo y discriminación además de liderar el proceso de desarrollo integral y sostenible del Pueblo Afroecuatoriano. Los afroecuatorianos son reconocidos constitucionalmente como un “pueblo”; es decir, un grupo étnico que posee un conjunto de características culturales, sociales, políticas y ambientales específicas e históricamente determinadas.

La CODAE por ser representante del pueblo afroecuatoriano se ve en la obligación de reclamar los derechos humanos que merecemos todos y es por esta razón que con el apoyo del estado o de otras instituciones realiza programas y proyectos contra el racismo y la discriminación; por derechos territoriales, patrimonio cultural, derecho a la comunicación e información; conocimiento y saberes ancestrales; subsistema de etnoeducación afroecuatoriana; desarrollo cultural; derechos económicos; libre determinación; circunscripciones territoriales; consulta previa, libre e informada; acciones afirmativas y reparaciones, entre otros.

Las manos cansadas tienen en todos los lugares la sangre roja, un puño en disputa siempre estará formado por 5 dedos y sea cual sea el color, un corazón siempre está detrás, dándole vida a un cuerpo que siente y que lucha por la vida todos los días. Las barreras las pone el hombre, los horizontes nos da la experiencia; pero solo la vida nos da la fuerza para romper las barreras para llegar a esos horizontes…

domingo, 8 de diciembre de 2013

“Elegía de Quito”

Palacio de Gobierno
Entre las callejuelas que se tejen como hilos junto a un barullo inconfundible y un tono gris en el aire, crece una ciudad que el inexorable paso del tiempo ha sabido dar forma de la mano de propios y extraños.

Las calles de Quito huelen a nostalgia, tienen un aroma inconfundible a memorias olvidadas por el tiempo y por la gente, donde los lamentos de quienes murieron en nombre de un mejor mañana, se escuchan levemente cuando se transita por los parajes del Centro Histórico. Un palpitar cansado siempre la acompaña, pues cada esquina, monumento y edificio ha sido escenario del enfrentamiento de contrarios que han creído que su lucha siempre es la más justa.
Sebastian de Benalcazar

Sin embargo los quiteños saben cómo matizar la realidad y la vida que no espera a nadie, siendo heraldos de la cultura que hace de esta ciudad, un lugar que deja huella sea en el corazón o en los bolsillos. Para ser una ciudad fundada por España, nuestras raíces indígenas están presentes, ocultas por una historicidad que nos propone como héroe a un Benalcazar, congratulándolo por el genocidio de nuestra gente y convirtiendo este evento en fiesta nacional.

Iglesia de San Francisco

No todo es negro en esta ciudad de asfalto gris, hay puntos en la historia de nuestra ciudad que tienen un encanto que trasciende las generaciones; la emoción de sentarse sobre un coche de madera, retando a la seguridad acompañados de la adrenalina, las leyendas clásicas como el “Gallo de la catedral” que fungía como juez de la AA para los bohemios, el padre Almeida y su sagrada adicción, Bella Aurora y la casa 1028, y como olvidar que en nuestra infancia buscamos muchas veces la piedra que salvo a Cantuña, aunque es triste darnos cuenta ahora que la piedra que le falta no solo a la Iglesia de San Francisco, se llama identidad.



Algo que caracteriza al quiteño es su espíritu emprendedor, que salta a la vista en las plazas y mercados donde hay puestos de comida que han estado décadas en el mismo lugar, incluso forjas que nos regresan en el tiempo entre la ardiente lumbre y los martillazos que dan forma el metal.


Plaza del Teatro



Personajes como Don Evaristo Corral y Chancleta y Carlos Michelena, son los representantes del “Chullita” y  “La sal Quiteña” respectivamente, esa parte de caballerosidad, de lucha de clases mediante la irreverencia y el humor, además de la cultura y el arte que nunca ha dejado de imperar en las calles, son los elementos que le dan vida al Quito histórico. 







Bacílica del Voto Nacional
Quito, ciudad Franciscana, se caracteriza por tener más iglesias que hospitales; construcciones monumentales como la Basílica del Voto Nacional y templos arcaicos como la Iglesia de San Francisco demuestran un irónico derroche de santidad, en una ciudad donde la pobreza y la mendicidad son los faros que resaltan en las calles y portones.



Para el mundo Patrimonio Cultural de la Humanidad, para muchos un algo que ver, para otros la “Carita de Dios”, para algunos hogar y para pocos solo una ciudad. Para mí, Quito no es más que otra selva de concreto, quizá con más historia que otras, con un olor a asfalto mojado que invita a caminar, acogedora con propios y extraños, que busca entontase a si misma alejándose de sus raíces; Quito es una ciudad llena de vida, pero que al igual que la mujer que amo, se encuentra perdida y confundida…

domingo, 17 de noviembre de 2013

De los pupitres a los puños...

Dicen que el ser humano es como el hierro, y que con cada martillazo este se forja para convertirse en una espada reluciente. Hoy por hoy los golpes de la vida son tan fuertes que ni el metal más acérrimo sobreviviría en una sola pieza.

De la gran variedad de escenarios en los que nos construimos día tras día, hay unos que se convierten en referentes de la experiencia y el aprendizaje que nos ayuda a enfrentar los problemas, otros que simplemente nos dibujan una sonrisa en el rostro por su carga emocional; pero en la actualidad los niños y jóvenes se ven obligados a vivir y guardar momentos que los hieren a cada instante.

Hace unas décadas no tenía nombre y de hecho era un proceso normal que mantenía el Status quo en el ambiente educativo; hace no más de 20 años empezaron los primeros estudios con respecto al acoso escolar, y recientemente en todos los medios de comunicación y las instituciones gubernamentales han empezado campañas para la prevención y la erradicación de este fenómeno social, más conocido como “Bullying”.

Es fastidiar, es agredir y es intimidar a tus compañeros de clase sea de forma física o psicológica, sea en solitario o en complicidad con los demás, sea como sea el fin es el mismo, subyugar al “otro” por su diferencia ignorando que es una persona, es imponer un canon de vida para los individuos, es jerarquizar las ramificaciones de la cultura, es enmarcar la identidad, es legitimar la estigmatización de la diferencia.

Este comportamiento antisocial repercute en el comportamiento de las víctimas, en su desempeño académico y afecta directamente a su autoestima y a su capacidad de interrelación social. En el Ecuador se han realizado muchos estudios a través del INNFA “Instituto Nacional de la Niñez y la Familia” sin ninguna manifestación. Hoy por hoy Silvana Di Mella, actual Reina de Quito, apoya una de las campañas contra el “Bullying” y convocando a 106 representantes de 40 colegios del distrito metropolitano, para asistir y trabajar en el taller en contra del acoso escolar “Trabajemos por el Buen Vivir de la niñez”.

Las propuestas son muchas pero eso no es suficiente. Por paradójico que parezca el acoso escolar empieza en los pupitres; si los profesores no educan desde una perspectiva mucho más integradora y comprometida con la vida, muy poco pueden hacer las cuñas publicitarias en internet o televisión, ya que los estudiantes deben comprender que la sociedad solo puede ser funcional cuando aceptamos al “otro”, que nosotros existimos y nos reconocemos en función del “otro”.

 La vida de estudiante es la mejor, es el punto de quiebre entre la inocencia de la niñez y el abanico de experiencias y sensaciones que nos ofrece la adolescencia; es el momento donde nosotros nos reconocemos y construimos como individuos, y a su vez son los días de nuestra vida que atesoramos y añoramos en la adultez.



No mancillemos una vida, pues el daño es irreparable, quizá nosotros no lo sepamos porque no fuimos víctimas; pero hay que tomar en cuenta que algún día seremos padres. No pensemos que el “Mundo mejor” que nuestros hijos necesitan solo tiene que ver con un ecosistema inmaculado, también es importante que dejemos una sociedad limpia de acoso y libre de estereotipos.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Se Nace...

La sociedad siempre se ha construido en función de valores éticos y morales, conducidos en un principio por la iglesia, con una mirada muy cerrada y hegemónica de lo que tiene que ser la vida, como debe actuar el individuo y principalmente la determinación absurda sobre lo que es el bien y el mal.

Desde la modernidad, el  ser social ha luchado constantemente por su reconocimiento ante el mundo, enfrentándose a los preceptos institucionales y a los distintos cánones que se han impuesto a través del tiempo, lo que a su vez limita todas y cada una de las dimensiones de la persona, encerrando a los hombres y mujeres en una delimitación cultural y épocal.

La diversidad sexual ha sido uno de los escenarios donde el ser social ha venido luchando durante décadas, por la igualdad de derechos y principalmente por su reconocimiento con respeto y “Equidad”. La comunidad LGBTI “Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales” ha participado activamente en el Ecuador en lucha por sus derechos y su reconocimiento con un frente unido; la Fundación “Equidad” es su representante institucional durante ya muchos años, cuya sede se encuentra en la ciudad de Quito.

La fundación “Equidad” presta sus servicios a toda la ciudadanía mediante la consejería y charlas para concientizar en las instituciones educativas para desmitificar el estereotipo construido por la sociedad sobre los miembros de la comunidad “LGBTI”; también ofrece sus servicios en favor de la educación sexual, la prevención de las ETS y exámenes médicos para determinar la existencia de las mismas.


A continuación Javier Paspuel, representante de la Fundación “Equidad” nos mostrara con sus palabras que es “Equidad”: